Cristo Crucificado y muerto, con los símbolos de rigidez cadavérica post-corten; Los brazos colgados del trebesaño horizontal de la cruz, y las manos semiabiertas. La cabeza caída e inclinada hacia la derecha; lleva corona de cordera formando bloque, sin espinas. El número de clavos es de tres, y las heridas cinco, estando situada la llaga del costado en el lado derecho como en los cánones clásicos. El pié derecho descansa sobre le izquierdo. El sudario es un paño tallado de escaso volumen, anudado en el lado derecho y sobre el bajo vientre presenta un cordel. Los ojos están prácticamente cerrados y la boca semiabierta.
El autor es anónimo del XX, de la escuela castellana. La actual imagen fue donada por Dª Consuelo Codez, que la compró a un escultor de Madrid. La forma del tallado del pelo y corona de espinas así como los rasgos de los ojos, pómulos y nariz guardan un gran parecido con las talla del escultor madrileño D. Juan Cristobal, aunque parece ser que fue encargado al escultor gaditano D. Luis Vassallo Parodi, académico de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, que lo esculpíos teniendo como referencia, y a petición de la junta de gobierno en aquellos tiempos, al primitivo crucificado de cartón piedra, germen junto a las cándidas palabras del padre Median, de la creación de la Cofradía.